Escondió el cuchillo
por entre sus ropas,
saludó a todos
con su gran sonrisa.
Ocultó de todos
el odio que guarda
tanta furia inmensa
por creer que todo
se hace en su contra,
se encierra en el espejo
no le queda nada,
que él quiera tenerlo.
El odio se alimenta
de cosas que no existen,
de ojos que no ven
y corazón que se calla.
Mientras camina
aplasta los papeles
de una justicia ciega
que sella papeles,
que no impide nada
porque él sonríe
y va saludando.
Aquella que lo espera
que sabe que viene,
no puede evitarlo
nadie la defiende,
no hay peor condena
que nadie te crea,
quisiera escucharte
que ese cuchillo
a ti no llegara,
pero las noticias
son cuentos que pasan,
como historias viejas
serán olvidadas,
buscarán la muerte
en primera plana,
alimentando el odio,
que seguirá matando
y dando noticias
de vidas segadas.
Aldo J. Barone